Gracias a la amable invitación de Brais Estévez Vilariño, participaré del seminario de Futuros Urbanos 24-25 de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Santiago de Compostela, “un espacio de encuentro para compartir indagaciones en curso e imaginar futuros deseables.”
El próximo 21 de noviembre a las 13:30 CET (online en Teams, acceso libre y gratuito), estaré presentando Prototipos para un Departamento de Umbrología: El calor como un asunto que pensar con las manos, sobre mis recientes indagaciones acompañando un proceso de prototipado de infraestructuras de sombreado público para mitigar el calor en la ciudad de Barcelona, especulando con la posible creación de un Departamento de Umbrología por venir.
Nuestra cultura climática está en crisis. El calor extremo ya no es un evento externo, está entre nosotros, como un mal crónico con profundos efectos desiguales y devastadores.[1]
De manera peculiar para un país como el nuestro, acostumbrado al sol y al calor como un asunto estacional recurrente, esto nos sitúa ante una crisis en la que podemos creernos sobre-preparados. Pero verano tras verano, ola de calor tras ola de calor, los hábitos y prácticas heredados no acaban de funcionar: ya no basta con caminar a cubierto, llevar crema solar, beber mucho, vestirse ligero, bajar las persianas y esperar a que pase lo peor, porque lo peor está por llegar, en esas noches tórridas, tropicales e infernales, como las llaman nuestras colegas de la meteorología.
Las infraestructuras y modos de construcción modernos, que nos hacían sentir a la vanguardia, aparecen hoy irremediablemente problemáticos. Necesitamos un cambio radical. Diferentes organizaciones internacionales e intergubernamentales alertan desde hace tiempo que la respuesta al cambio climático debe partir de las ciudades:[2] asentamientos cada vez más poblados e infraestructuras complejas de cambiar desde los que necesitamos repensar la habitabilidad del planeta.
La mutación climática en curso nos sitúa ante el reto de configurar nuevas ideas urbanas de cuidado, protección o refugio, inventando formas plurales de habitar que protejan a quienes pudieran estar más expuestos o sufrir más sus efectos devastadores.[3] En ese sentido, vivimos un tiempo de urgencia y de búsqueda frenética de soluciones. Sin embargo, y ésta es mi propuesta, además de soluciones infraestructurales o “basadas en la naturaleza” tenemos ante nosotros una tarea importante: esto requiere, sobre todo, redescribir qué es lo urbano.
En situaciones de gran incertidumbre, donde cómo responder es un asunto a veces complicado de imaginar, quizá necesitemos entrenarnos a prestar atención a lo aparentemente irrelevante, pero crucial. Ese es el objeto primordial de este taller, que quiere poner el foco en las sombras: entidades aparentemente ínfimas, pero que articulan nuestra vida urbana y nuestras relaciones cotidianas con el sol y el calor.
Sin duda, no hay nada más convencional que la sombra. En tanto seres terráqueos todos tenemos una. Pero pensar la sombra urbana puede ser algo mucho más profundo de lo que parece, puesto que nos obliga a prestar atención de otra manera a nuestros entornos cotidianos. De hecho, ¿qué es la sombra, sino una relación cambiante en que entramos con el sol a medida que atraviesa nuestros hábitats a lo largo del día?
Con Copérnico y Galileo, la modernidad puso al Sol en el centro. Uno de los muchos efectos de ese giro heliocéntrico y su profunda transformación cosmológica es que solemos atribuir a la estrella que preside nuestro firmamento un rol benefactor, la capacidad de dar vida y de irradiarnos con su fuerza, pero esta apreciación regularmente positiva necesita un contrapunto: ¿qué hacer cuando nos daña o nos pone en riesgo, como en las condiciones atmosféricas del calor extremo o en la exposición solar que conduce al melanoma?[4]
La tradición filosófica moderna, pero también nuestras formas de expresión artística y folklore (con innumerables canciones infantiles alabando al sol), tiene dificultades para no tratar con prejuicio todo lo que queda por fuera de esas irradiaciones: una caricatura solarizada, tratada como lo arcaico, lo conservador, lo peligroso, lo turbio de la noche. Sin embargo, y esta es la hipótesis que quisiera compartir aquí, ¿y si nunca fuimos solares? ¿Y si para volver a respirar y pensar, guarecidos de su poder salvaje, a la sombra, necesitemos desplazar al sol del centro?
Esto no necesariamente quiere decir dejar de considerar al sol, ni resucitar la desconfianza platónica que nos condena a no ver más que las sombras proyectadas en las paredes de una cueva. El tipo de pensamiento cobijado que pudiéramos empezar a practicar tiene, más bien, en su centro a la sombra: ¿Y si la sombra no fuera la posibilidad de pensar en negativo, tomando las cosas por lo que no son, sino un modo de pensar protegido del sol abrasador? De hecho, como mostró ampliamente la pintura barroca, las sombras son centrales para nuestra percepción, para nuestro entendimiento del mundo, para nuestra supervivencia. [5]
Con esa clave, nuestra vida terrestre pudiera ser leída como una larga historia interespecífica de cómo los vivientes hemos aprendido a protegernos de su irradiación. Ese es uno de los argumentos más interesantes del trabajo del paleontólogo y geólogo Anthony J. Martin Evolution underground (la evolución bajo tierra), que retraza la importancia evolutiva de las madrigueras y arquitecturas del subsuelo para la supervivencia sobre la faz de la tierra de muchos animales desde tiempos inmemoriales, incluidos los seres humanos.[6]
Pero, yendo más allá, la misma atmósfera, logro inicial bacteriano, con su compleja circulación del aire, o más tarde en la historia de la tierra los mares y las riberas de los ríos o el tapiz irisado de las nubes y los bosques no son sino un gran sistema, con expresiones locales, de formas de captar, regular, disipar o bloquear los rayos del sol. En esta centralidad de la sombra no podemos olvidar a las plantas y su importante papel en hacer habitable nuestro planeta.
El filósofo Emanuele Coccia expresaba esto de forma muy poética en una reciente conferencia en el CENDEAC, titulada “El jardín del mundo”. En ella planteaba que lo que hoy llamamos Tierra no puede entenderse sino como consecución técnica de la vida o la labor de las plantas, cruciales para la producción de la atmósfera y la orografía, así como del oxígeno gracias al cual otros seres vivimos:
“la Tierra tiene un estatuto de artefacto… una producción cultural de todos los seres vivos que lo habitan y no sólo la precondición trascendental para la posibilidad de la vida. Gaia es hija de Flora. El sol es la muñeca cósmica de Flora.”[7]
¿Y qué hubiera sido de la terraformación de nuestro planeta a través de las plantas y, en particular los árboles, de no ser por su capacidad de transformar lo, producir hábitats o microclimas para que muchos animales pudiéramos comenzar a reptar más allá de los mares, cobijados del sol?[8]
De hecho, muchas de nuestras experiencias primordiales de sombra y protección del sol tienen que ver, de hecho, con los delicados entramados del follaje de distintos árboles y plantas. Pensar junto con los árboles nos permite aventurar otra hipótesis sobre la habitabilidad de nuestro planeta: ¿Y si la sombra fuera más importante de lo que nos hemos contado hasta ahora? Es más, a pesar de que suela ser considerada como un producto secundario del sol, su versión en negativo, ¿y si la sombra fuera condición misma de la habitabilidad en la tierra y, por ende, en nuestros entornos urbanos atribulados por la mutación climática?
Lo interesante es que, aunque la sombra sea una vieja conocida, la creciente preocupación ambiental ha hecho que administraciones y profesionales de todo tipo hayan comenzado a recuperar esta relación ambiental cotidiana largamente olvidada por las formas modernas de urbanización. Por esto mismo ha cobrado gran importancia en distintas soluciones técnicas para hacer frente al calor extremo del presente: planes municipales de sombras, itinerarios bioclimáticos o infraestructuras de sombreado.[9] Esto está requiriendo revitalizar saberes y técnicas antiguos, así como especular y crear nuevas soluciones para mitigar y adaptarnos ante el calor creciente.
Decir que no hemos sido solares, prestar atención a las sombras, significa también restaurar la violencia ejercida contra muchas tradiciones ancestrales del habitar por parte de los modernos, con su obsesión higienista por el aire limpio y las calles amplias, controladas y destinadas primordialmente al tránsito. Este urbanismo heliocéntrico fue la forma en que la Razón se hizo ciudad. Frente a ello, colocar la sombra en el centro es restituir su centralidad para la habitabilidad urbana, lo que nos permite admirar con otros ojos a la mal llamada arquitectura vernácula: buscando inspiración.
Sin embargo, decir que nunca hemos sido solares no es tirar la arquitectura modernista por la borda, sino comenzar a advertir formaciones urbanas modernistas para las que la sombra ha sido nuclear. Esto es, se trata de releer la arquitectura y el urbanismo no desde la luz, sino desde la centralidad de la sombra, como plantea el arquitecto Stephen Kite en su libro Shadow-makers, una historia cultural de las sombras como factor modelador de la arquitectura (“shaping factor in architecture”), tanto en las formas tradicionales como modernas.[10]
Aunque gran parte del libro de Kite está consagrado a la importancia de la sombra para definir las oquedades de edificios y espacios interiores, hay un capítulo maravilloso sobre la ciudad islámica mediterránea y de Oriente Próximo, porque ¿qué es la medina –– conglomerado formado por arquitecturas de adobe de cañón largo y usos de toldos o tejidos humedecidos –– sino una gran oda a la sombra como principio de habitabilidad urbana?[11]
Pero existen también ejemplos interesantes de tratamientos urbanos de la sombra en diferentes tradiciones modernistas que se han desarrollado en climas cálidos y áridos, de lo que trata ampliamente una reciente exposición sobre el modernismo tropical en África y la India comisariada por Christopher Turner en el Victoria and Albert Museum de Londres.[12]
En Barcelona hay también una historia por reconstruir de las arquitecturas modernistas de la sombra, de entre las que destacan los dos umbráculos de los parques de la Ciutadella y Montjuic: estructuras siamesas, pero que funcionan por el principio inverso al invernadero; concebidas como parte del mismo impulso tenebroso que la historiadora de la arquitectura Lydia Kallipoliti denomina las gramáticas de la “aclimatización colonial”, que permitieron el frágil transporte o la relocalización masiva de plantas, animales y personas, para su comercio y exposición, en ocasiones comenzando una nueva vida problemática en el corazón de la metrópolis.[13]
Y, sin embargo, las soluciones del pasado, por problemáticas o interesantes que resulten, no puede ser la solución. Hemos entrado en un momento experimental, de gran estupor. Nuestras ciudades se han convertido en lo que el filósofo y antropólogo francés Bruno Latour llama “zonas críticas”: complejos territorios ignotos, donde los vivientes se están jugando la vida literalmente, pero también donde más se apresuran para seguir haciendo mundos vivibles, en su pluralidad irreductible.[14] El reto ante el que nos sitúa lo que Latour llama el “nuevo régimen climático” en estas zonas críticas urbanas es, por tanto, engendrar formas plurales de habitabilidad en un momento francamente complejo y problemático, sin garantías.[15]
Para responder tentativamente a este reto mayúsculo creo que necesitamos practicar una cultura experimental de la transformación urbana. Esto puede sonar paradójico, lo sé, porque estamos en un momento en el que sentimos que debemos correr para hacer algo. Pero debemos tener cuidado de no convertir esta prisa en un proyecto tecnocrático gobernado por expertos o por élites que le digan o le impongan al resto cómo vivir, como ya ocurrió en el periodo colonial. Si la vida es compleja, si la vida consiste en fabricar las condiciones generativas de hacer la tierra habitable, podemos sin duda advertir que están pasando cosas ciertamente tenebrosas, pero existe un gran peligro de confundir el diagnóstico con la solución, sobre todo cuando no sabemos cómo podremos vivir y con quién.
Precisamente en ese momento de urgencia, necesitamos más que nunca una cultura experimental para repensar la ciudad. Con esta prevención de la solución técnica no quiero decir que no sean importantes innumerables arreglos infraestructurales como pavimentos porosos y reflectantes, espacios de sombra para protegernos del sol de justicia y del efecto isla de calor, o dejar sitio para que la vegetación autóctona se desarrolle o que los animales vuelvan a ocupar un lugar central en las ciudades. Sin lugar a dudas todo esto es central, pero necesitamos ir más allá.
En un momento así, necesitamos también abordar la vida social y cultural de muchos fenómenos atmosféricos y climáticos, como las sombras, sean estas ya existentes o diseñadas. En un presente acalorado, donde la capacidad de cobijarnos del sol abrasador es un bien mal repartido, revitalizar sus saberes y prácticas generativas quizá sea crucial para reaprender a vivir como seres terráqueos. Para ello, quizá necesitemos, un ‘Departamento de Umbrología’ en cada uno de nuestros territorios.
Este idea está inspirada en una propuesta desarrollada por el escritor Tim Horvath en su cuento corto The discipline of shadows, donde explora las complejas relaciones en un absurdo departamento universitario dedicado al estudio de la vida de las sombras, donde coexisten sin entenderse y generando muchas situaciones cómicas y de incomprensión supina físicos, dramaturgas del teatro de las sombras y filósofos platónicos.[16]
Sin embargo, en un momento absurdo como en el que nos encontramos, el taller es una invitación a co-crear y explorar cómo hacer existir un tipo de espacio inspirado por ese cuento, pero no como un departamento universitario. Más bien, tomando inspiración del trabajo de descripción e intervención artivista de colectivos como Los Angeles Urban Rangers[17]o los experimentos especulativos del Gabinete de Crisis de Ficciones Políticas,[18] quisiéramos imaginar un espacio de trabajo entregado al estudio de y la intervención en la vida urbana de las sombras: una umbrología que atienda tanto a los aspectos físicos y materiales como a las relaciones sociales y culturales.
Para hacerlo existir, a través de distintas actividades queremos entrenarnos a apreciar esta relación ambiental: dedicándonos al estudio etnográfico de las complejas relaciones entre el sol y los edificios, la calle o los árboles, así como el papel que distintos tipos de sombras pueden tener para distintas personas o colectivos y sus modos de sobrevivir al calor abrasador. Apelamos a la centralidad de la etnografía, como forma de indagar por la importancia que otorga al estudio de las prácticas, la sensorialidad y los modos de vida, porque creemos que necesitamos comenzar a entender estos fenómenos ambientales más allá de dos formas convencionales con que solemos hacerlos legibles y discutibles:[19]
Por un lado, las prácticas climatológicas y meteorológicas que ponen la temperatura y otras variables atmosféricas como la humedad en el centro, dejando en la sombra las dimensiones vividas o culturales, las formas de vida de las que surgen y las que hacen emerger, que permiten o dificultan distintos climas;
Por otro lado, las prácticas de legibilidad del espacio a vista de pájaro y en términos eucliedeanos, como hacen algunas plataformas digitales como ShadeMapo Shadowmapbasadas en sistemas de información geográfica como OpenStreetMap que, a través de la geolocalización, permiten simular en nuestros dispositivos la inclinación del sol y las sombras que proyecta el entorno urbano.
Pero quizá para estudiar cómo volver a hacer habitables nuestras ciudades ante un calor creciente, necesitemos también aprender a describir con muchos más matices, tanto simbólicos como efímeros, atendiendo a otros saberes y formas de articular los problemas la nueva terra ignota en que se han convertido nuestras ciudades: fabricando otras cartografías experimentales que, como en el trabajo de Frédérique Aït-Touati, Alexandra Arènes y Axelle Grégoire Terra Forma, nos permitan traer a la centralidad nuestras implicaciones corporales en los climas urbanos que habitamos y la pluralidad de nuestras formas de habitarlos.[20]
La importancia del cuerpo vivido en la etnografía es central porque nos permite dejar de pensar las atmósferas o el clima y, más concretamente, el calor como res extensa: cosas externas desgajadas de nuestro hacer. Antes bien, como bien argumentan diferentes trabajos recientes en los ámbitos de la historia y los estudios sociales de la ciencia y la tecnología, el clima, las atmósferas y el calor son algo de lo que “participamos en su hacer”, por omisión y comisión, de formas más directas o más distantes, en nuestras prácticas cotidianas, encarnadas y mediadas por diferentes instrumentales técnicos, pero también por los modos en que consumimos y construimos ciudades o, dicho de otra manera, por las prácticas colectivas en las que estamos insertos: nuestra vestimenta, nuestros edificios, nuestros aparatos de aire acondicionado.[21]
Así, la sombra deja de ser un mero efecto natural y adquiere también propiedades culturales relacionales: porque no hay una sombra igual a otra y su singularidad depende de cómo la observemos, practiquemos e interroguemos. Esta sensibilidad me parece importante porque nos ayudaría a repoblar la sombra: no como la presentación en negativo de lo que se ve, algo vacío[22], sino como algo que posibilita y ha posibilitado la vida de muchos colectivos que buscan esconderse de la mirada cegadora de la luz, tanto del sol como del proyecto ilustrado.
La centralidad de la sombra como protectora de otras formas de vida resuena en el trabajo del pensador de la tradición radical negra caribeña Édouard Glissant, que en un contexto que todavía convive con la larga cola del esclavismo, defendió “el derecho a la opacidad” como condición de supervivencia para todas las formas de diferencia.[23] Pero también en el sentido más netamente ambiental del que habla el historiador de la arquitectura y activista de la discapacidad David Gissen.[24] Gissen defiende la necesidad de repensar las formas de urbanización desde muchas formas de vulnerabilidad corporal comúnmente apartadas de la centralidad del urbanismo –– las personas negras, mayores y la infancia, con enfermedades crónicas, diversas funcionales, etc. ––, por los considerables riesgos para la salud que el sol y el calor implican: como la de las personas mayores que sufren en silencio el “aislamiento fatal” de las olas de calor o la de la infinidad de cuerpos negros trabajan en exteriores, expuestos al calor y al sol abrasador.[25] Esto disputaría la centralidad del diseño del espacio público con sol abundante, haciendo crucial la sombra como principio de diseño urbano.
Pensando en los arreglos sociales y materiales de la sombra desde esta diversidad de cuerpos que la necesitan para su sostén cotidiano nos permite pensarla no sólo como “recurso cívico”, sino también como un “índice de desigualdad”: una infraestructura de la habitabilidad urbana central que debiera ser un mandato para los diseñadores urbanos, pero que aparece sometido a diferentes condiciones desiguales de acceso y negociación de la producción espacial, en la regulación de a quién se le permite que produzca o viva en la sombra y cómo, en diferentes contextos. [26]
Por tanto, partiendo de esa sensibilidad antropológica queremos: (i) trabajar en el diseño de pequeños materiales para realizar investigaciones de campo; y (ii) hacer un inventario de prácticas espaciales cotidianas, centrado en la relación que diferentes personas tienen con nuestras perpetuas compañeras como habitantes bajo el sol.[27] Experimentando y especulando con cómo poder hacer realidad diferentes Departamentos de Umbrología –– una confederación de entidades autónomas, singulares y auto-constituidas ––, queremos también liberar, imaginarnos y cultivar nuevas sensibilidades y responsabilidades urbanas sobre cómo hacer nuestras ciudades habitables.
Queremos hacernos responsables de describir, proteger y traer a la luz tenue muchos saberes y formas de inteligencia colectiva subterráneos que necesitan soportes opacos para florecer. Queremos, también, poner en discusión las múltiples necesidades de un gran número de actores singulares muchas veces desplazados de la centralidad urbana: no sólo quienes no pueden pagar la factura del aire acondicionado o quienes necesitan soportes para transformar sus viviendas y espacios de trabajo; hablamos, también, de quienes muchas veces no se contemplan como humanos o se nos aparecen como humanos de segunda, además de una gran cantidad de urbanitas no humanos en los que rara vez pensamos.
Para armar esta propuesta puede ser crucial poner a trabajar conjuntamente muy diferentes saberes, profesionales y colectivos, no sólo académicos ni institucionales, que tenemos la gran suerte de tener en esta sala. Esto nos permitirá, además de imaginar ese departamento que, esperemos, deje de ser una ficción de un cuento, hacer que esto ocurra a través de la generación de un proceso de intercambio mutuo y contaminaciones cruzadas.
Ante este reto, por tanto, necesitamos activamente volver a aprender a describir y dimensionar los problemas ante los que nos encontramos – también los problemas de las soluciones –, para así poder ensayar muchas propuestas para hacer posible la habitabilidad plural de nuestros entornos urbanos. Necesitamos, por tanto, cultivar la especulación urbana: ¡no la inmobiliaria! Me refiero a nuestra capacidad de pensar y repensar las muchas formas posibles que podría tener lo urbano para convertirlo de nuevo en habitable.
Explorando e inventando dispositivos de indagación urbana, bebiendo de sensibilidades y saberes de las artes, las humanidades y las ciencias queremos imaginar cómo equipar esos extraños profesionales de la umbrología, entre lo natural y lo cultural, con un interés particular por el análisis y la política de las sombras. Si tenemos éxito en estos experimentos sobre las formas en que entramos en contacto y describimos los mundos urbanos, haremos aparecer otra ciudad: la ciudad de las sombras, normalmente pasada por alto. Y nos entregaremos a entender su complejidad social, así como la multiplicidad de actores y ensamblajes que la constituyen; las formas de generar sombra, por parte de y para quiénes; así como las formas de socialidad que las sombras permiten como regiones o territorios:[28] atendiendo a sus temporalidades, sus ritmos y sus dramaturgias espaciales.
Ante la mutación climática que cambiará cómo viviremos en las ciudades, queremos, por tanto, contribuir a pensar otras formas posibles de habitabilidad urbana más allá de grandes soluciones de todo propósito y pensadas de forma tecnocrática. Es por ello que nuestra llamada a constituir departamentos de umbrología aparezca como un intento de abrir a reflexión colectiva los modos de respuesta urbana al cambio climático aprendiendo de un gran número de agentes urbanos: incentivando, estimulando y ayudando a sostener sus tejidos de saberes y prácticas en formas que bien pudieran exceder a las responsabilidades de las instituciones. Esa es la tarea de un ‘Departamento de Umbrología’ en nuestros territorios urbanos: salir de las sombras, para estudiar las sombras, trabajando “sobre las sombras, desde las sombras.”[29]
[3] Mi argumento bebe y se inspira profundamente en la obra del recientemente fallecido filósofo y antropólogo francés Bruno Latour y muchos de sus colaboradores. En su trabajo de la última década hay una noción central: “Nuevo Régimen Climático”, que remite a los problemas a los que nos ha arrojado un modo de vida particular, la producción y su dependencia de las energías fósiles. Un régimen destructivo que ha transformado nuestros entornos, moldeado nuestros saberes e instituciones políticas durante más de un siglo, poniendo en riesgo la habitabilidad del planeta. Al mismo tiempo, esta caracterización sugiere la posibilidad de su transformación, de un antiguo a un nuevo régimen: lo que supone la búsqueda de otros horizontes de sentido para engendrar formas plurales de habitabilidad en un momento francamente complejo y problemático, sin garantías. Para una introducción, véase Latour, B. (2017). Cara a cara con el planeta. Una nueva mirada sobre el cambio climático alejada de las posiciones apocalípticas. Siglo XXI.
[4] Para una mirada atenta a la pluralidad elemental de prácticas humanas y no humanas, o a la paradoja escalar de las múltiples configuraciones espaciales, corporales, temporales, histórico-culturales de nuestra omnipresente relación con el sol y la disipación de sus rayos o lo que pudiéramos llamar “solaridades” –– desde las formas infraestructurales vinculadas a la transición energética fotovoltaica a aquellas formas relacionadas con la catástrofe antropógena de la carbonificación de la atmósfera (donde el sol aparece como “the source of all withering and desiccation, a maker of monstrous heat”, p.18), por no olvidar de la centralidad planetaria de la fotosíntesis o los ciclos diurnos, o de su efecto en la producción de energías fósiles, por no hablar de nuestros sistemas de percepción visual –– véase la compilación de Howe, C., Diamanti, J., & Moore, A. (Eds.). (2023). Solarities: Elemental Encounters and Refractions. punctum books.
[5] El intento más detallado de restituir la centralidad de la sombra del que tengo conocimiento es el de Casati, R. (2003). Shadows. Unlocking their secrets from Plato to our time. Vintage Books.
[6] Martin, A. J. (2017). The Evolution Underground: Burrows, Bunkers, and the Marvelous Subterranean World Beneath our Feet. Pegasus Books.
[8]Albert, B., Halle, F., & Mancuso, S. (2019). Trees. Thames & Hudson; Coccia, E. (2017). La vida de las plantas: Una metafísica de la mixtura. Tipos Infames; Coccia, E. (2021). Metamorfosis. La fascinante continuidad de la vida. Siruela; Leonardi, C., & Stagi, F. (2022). La arquitectura de los árboles. Santa & Cole; Mattern, S. (2021). Tree Thinking. Places Journal, https://doi.org/10.22269/210921
[10] Kite, S. (2017: 5). Shadow-makers: A cultural history of shadows in architecture. Bloomsbury Academic.
[11] Ludovico, M., Attilio, P. & Ettore, V. (Eds.) (2009). The Mediterranean Medina. Gangemi Editore.
[12] Turner, C. (Ed.) (2024). Tropical Modernism: Architecture and Independence. V&A Publishing.
[13] Kallipoliti, L. (2024). Histories of Ecological Design: An Unfinished Cyclopedia. Actar.
[14] Latour, B., & Weibel, P. (Eds.). (2020). Critical Zones: The Science and Politics of Landing on Earth. ZKM / MIT Press
[15] Latour, B. (2019). Dónde aterrizar. Cómo orientarse en política. Taurus; Latour, B. (2021). ¿Dónde estoy? Una guía para habitar el planeta. Taurus.
[16] Horvath, T. (2009). The Discipline of Shadows. Conjunctions, 53, 293-311.
[17] Bauch, N., & Scott, E. E. (2012). The Los Angeles Urban Rangers: Actualizing Geographic Thought. Cultural Geographies, 19(3), 401-409; Kanouse, S. (2015). Critical Day Trips: Tourism and Land-Based Practice. In E. E. Scott & K. Swenson (2015). Critical landscapes: Art, space, politics (pp. 43-56). University of California Press.
[19] Hepach, M.G. & Lüder, C. (2023). Sensing Weather and Climate: Phenomenological and Ethnographic Approaches. Environment and Planning F 2 (3): 350–68.
[20] Aït-Touati, F., Arènes, A., & Grégoire, A. (2019). Terra Forma: Manuel de cartographies potentielles. Éditions B42.
[21] Calvillo, N. (2023). Aeropolis: Queering Air in Toxicpolluted Worlds. Columbia Books on Architecture and the City; Fressoz, J.-B., & Locher, F. (2024). Chaos in the Heavens: The Forgotten History of Climate Change. Verso Books; Hsu, H. L. (2024). Air Conditioning. Bloomsbury; Parikka, J., & Dragona, D. (Eds.). (2024). Palabras de tiempo y del clima: Un glosario. Bartlebooth; Starosielski, N. (2021). Media Hot & Cold. Duke University Press.
[22] De la misma manera que los desiertos tampoco están vacíos, representación colonial comúnmente asociada a la justificación de formas de explotación salvaje de tierras áridas: Henni, S. (Ed.) (2022). Deserts Are Not Empty. Columbia Books on Architecture and the City
[23] Glissant, É. (2017). Por la opacidad. En Poéticas de la relación (pp.219-224). Universidad Nacional de Quilmes.
[24] Gissen, D. (2022). Disabling Environments. In The Architecture of Disability: Buildings, Cities, and Landscapes Beyond Access (pp. 95-114). Minnesota University Press.
[25] Keller, R. C. (2015). Fatal Isolation: The Devastating Paris Heat Wave of 2003. University of Chicago Press; Macktoom, S., Anwar, N.H., & Cross, J. (2023). Hot climates in urban South Asia: Negotiating the right to and the politics of shade at the everyday scale in Karachi. Urban Studies, https://doi.org/10.1177/00420980231195204
[26] Bloch, S. (2019). Shade: An Urban Design Mandate. Places Journal, https://doi.org/10.22269/190423; Macktoom, S., Anwar, N. H., & Cross, J. (2023). Hot climates in urban South Asia: Negotiating the right to and the politics of shade at the everyday scale in Karachi. Urban Studies, https://doi.org/10.1177/00420980231195204
[27] Para un ejemplo interesante, véase Boserman, C. (2023). Dibujos solares: Los caballos de espinacas Sobre antotipias y afectividad ambiental / Solar Drawings: On anthotypies and environmental affectivity. Re-visiones,13. http://www.re-visiones.net/index.php/RE-VISIONES/article/view/529
[28] En el rico sentido etológico explorado por Despret, V. (2022). Habitar como un pájaro: Modos de hacer y de pensar los territorios. Cactus. Una propuesta que rompe con la idea del territorio como algo que pueda explicarse bien en términos funcionales y económicos o en términos de propiedad, posesión y recursos explotables, reivindicando más bien la necesidad de describirlo desde las múltiples prácticas del habitar que lo constituyen y las artes de la convivencia que hacen posible.
Esta idea es desarrollada por Latour, B. (2021: 90). ¿Dónde estoy? Una guía para habitar el planeta. Taurus, para proponer una cartografía de los territorios diferente de las ideas de “sangre y suelo” que han fundamentado los tradicionalismos y nacionalismos europeos. Esto es crucial, en sus palabras, para orientarse en el Nuevo Régimen Climático, que requiere comprender de “dónde vivimos” a la vez que “de qué vivimos” listando nuestras afiliaciones.
Requiere inscripción previa | Máximo 20 participantes | Se emite certificado de participación (1 ECTS) | Se llevará a cabo en su mayoría en castellano (en el trabajo informal no habrá problema en comunicarse en catalán e inglés)
[ES] La ciudad de las sombras: Etnografiar la habitabilidad urbana en tiempos de mutación climática (17-21 de junio de 2024 | Barcelona)
Este taller es una invitación a co-crear y explorar cómo hacer existir un Departamento de Umbrología, entregado al estudio de y la intervención en la vida urbana de las sombras: una umbrología que atienda tanto a los aspectos físicos y materiales como a las relaciones sociales y culturales de las sombras. Para hacerlo existir, a través de distintas actividades queremos entrenarnos a apreciar esta relación ambiental: dedicándonos al estudio etnográfico de las complejas relaciones entre el sol y los edificios, la calle o los árboles, así como el papel que distintos tipos de sombras pueden tener para distintas personas o colectivos y sus modos de sobrevivir al calor abrasador.
[CAT] La ciutat de les ombres: Etnografiar l’habitabilitat urbana en temps de mutació climàtica (17-21 de juny de 2024 | Barcelona)
El taller és una invitació a co-crear i explorar com fer existir un Departament d’Umbrologia, lliurat a l’estudi de i la intervenció en la vida urbana de les ombres: una umbrologia que atengui tant els aspectes físics i materials com les relacions socials i culturals de les ombres. Per fer-ho existir, a través de diferents activitats volem entrenar-nos a apreciar aquesta relació ambiental: dedicant-nos a l’estudi etnogràfic de les complexes relacions entre el sol i els edificis, el carrer o els arbres, així com el paper que diferents tipus d’ombres poden tenir per diferents persones o col·lectius i les seves maneres de sobreviure a la calor abrasadora.
[EN] The city of shades: Ethnography of urban habitability in times of climate mutation (June 17-21, 2024 | Barcelona)
The workshop is an invitation to co-create and explore how to bring into existence a Department of Umbrology, namely, a space devoted to the study of and intervention in the urban life of shades: an umbrology that addresses both the physical and material aspects as well as the social and cultural relationships. of the shadows. To make it exist, we want to train ourselves – by means of different activities – to appreciate this environmental relationship: dedicating ourselves to the ethnographic study of the complex relationships between the sun and buildings, the street or trees, as well as the role that different types of shadows can have for different people or groups and their ways of surviving the scorching heat.
Diferentes paneles intergubernamentales alertan desde hace tiempo que la respuesta al cambio climático debe partir de las ciudades: asentamientos cada vez más poblados e infraestructuras complejas de cambiar desde los que necesitamos repensar la habitabilidad del planeta. La mutación climática en curso nos sitúa ante el reto de configurar nuevas ideas urbanas de cuidado, protección o refugio, que permitan formas plurales de habitar y que protejan a quienes pudieran estar más expuestos o sufrir más sus efectos devastadores. En ese sentido, vivimos un tiempo de urgencia y de búsqueda frenética de soluciones. Pero en situaciones de gran incertidumbre, donde cómo responder es un asunto a veces complicado de imaginar, quizá necesitemos entrenarnos a prestar atención a lo aparentemente irrelevante, pero crucial. Ese es el objeto primordial de este taller, que quiere poner el foco en las sombras: entidades aparentemente ínfimas, pero que articulan nuestra vida urbana y nuestras relaciones cotidianas con el sol y el calor.
Sin duda, no hay nada más convencional que la sombra. En tanto seres terráqueos todos tenemos una. Pero pensar la sombra urbana puede ser algo mucho más profundo, puesto que nos obliga a prestar atención de otra manera a nuestros entornos cotidianos. De hecho, ¿qué es la sombra, sino una relación cambiante en que entramos con el sol a medida que atraviesa nuestros hábitats a lo largo del día? Solemos atribuir al sol la capacidad de dar vida, pero ¿qué hacer cuando nos daña o nos pone en riesgo, como ocurre en condiciones atmosféricas de calor extremo? Con esa clave, nuestra vida terrestre pudiera ser leída como una larga historia interespecífica de cómo los vivientes hemos aprendido a protegernos de su irradiación. La misma atmósfera, con su compleja circulación del aire, los mares y las riberas de los ríos o el tapiz irisado de las nubes y los bosques no son sino un gran sistema, con expresiones locales, de formas de captar, regular, disipar o bloquear los rayos del sol. Pero, también, de producir sombra.
Aunque la sombra es una vieja conocida, la creciente preocupación ambiental ha hecho que administraciones y profesionales de todo tipo hayan comenzado a recuperar esta relación ambiental cotidiana. Es más, a pesar de que suela ser considerada como un producto secundario del sol, su versión en negativo, ¿y si la sombra fuera condición misma de la habitabilidad en la tierra y, por ende, en nuestros entornos urbanos? Por esto mismo ha cobrado gran importancia en distintas soluciones técnicas para hacer frente al calor extremo del presente: planes municipales de sombras, itinerarios bioclimáticos o infraestructuras de sombreado. Esto está requiriendo revitalizar saberes y técnicas antiguos, así como especular y crear nuevas soluciones para mitigar y adaptarnos ante el calor creciente.
En un momento así, necesitamos también abordar la vida social y cultural de las sombras, sean estas ya existentes o diseñadas. En un presente acalorado, donde la capacidad de cobijarnos del sol abrasador es un bien mal repartido, revitalizar sus saberes y prácticas generativas quizá sea crucial para reaprender a vivir como seres terráqueos. Para ello, quizá necesitemos, como sugiere el escritor Tim Horvath en su cuento The discipline of shadows, crear un ‘Departamento de Umbrología‘ en cada uno de nuestros territorios.
El taller es una invitación a co-crear y explorar cómo hacer existir ese espacio, entregado al estudio de y la intervención en la vida urbana de las sombras: una umbrología que atienda tanto a los aspectos físicos y materiales como a las relaciones sociales y culturales de las sombras. Para hacerlo existir, a través de distintas actividades queremos entrenarnos a apreciar esta relación ambiental: dedicándonos al estudio etnográfico de las complejas relaciones entre el sol y los edificios, la calle o los árboles, así como el papel que distintos tipos de sombras pueden tener para distintas personas o colectivos y sus modos de sobrevivir al calor abrasador.
Partiendo de una sensibilidad antropológica queremos: (i) trabajar en el diseño de pequeños materiales para realizar investigaciones de campo; y (ii) hacer un inventario de prácticas espaciales cotidianas, centrado en la relación que diferentes personas tienen con nuestras perpetuas compañeras como habitantes bajo el sol. Así, haremos aparecer otra ciudad, la ciudad de las sombras, normalmente pasada por alto. Y nos entregaremos a entender su complejidad social, así como la multiplicidad de actores y ensamblajes que la constituyen: las formas de generar sombra, por parte de y para quiénes, así como las formas de socialidad que permiten, sus tiempos, sus ritmos y sus espacios.
Público
– El taller está especialmente dirigido a profesionales, investigadoras y estudiantes de grado, máster o doctorado de las artes, las ciencias sociales (antropología, geografía, estudios sociales de la ciencia y la tecnología, sociología), las humanidades, el diseño y la arquitectura, interesados por la etnografía y el estudio social de cuestiones urbanas o ambientales.
– Mientras que un conocimiento de la práctica etnográfica es deseable, no se requiere conocimiento previo sobre diseño para el cambio climático o sobre la física de las sombras.
Objetivos
– Abrir a reflexión colectiva los modos de respuesta urbana al cambio climático, colaborando con un proyecto de prototipado en curso, produciendo infraestructuras de sombra estacional (reto de sombreado efímero).
– Generar un proceso de intercambio interdisciplinar sobre cómo indagar la ciudad en tiempos de cambio climático, prestando atención a las sombras como fenómeno social.
– Inventar dispositivos de indagación urbana desde los que repensar las formas de relevancia de las artes, las humanidades y las ciencias en un momento donde priman las soluciones técnicas.
Programa
DÍA 1 | LUNES 17 DE JUNIO DE 2024
Lugar: U0.3, Planta 0 Edifici U, Universitat Oberta de Catalunya (C. Perú 52) y diversos lugares cercanos de interés
9:30-10:00 Presentación del taller: La necesidad de un departamento de umbrología
10:00-11:00 Presentaciones inaugurales
Prestar atención a las sombras urbanas: Zonas críticas de la habitabilidad contemporánea (Tomás Criado, UOC)
Etnografiar urbanidades ínfimas en tiempos de mutación climática(Santiago Orrego, HU Berlin)
11:00-11:15 Pausa-café
11:15-11:45 Propuesta de trabajo por grupos y dinamización
11:45-13:30 Documentar sombras en contexto, a cargo de Carla Boserman (UCM): un paseo guiado por distintas áreas del Poblenou –– (1) parque central del Poblenou e inmediaciones de Ca l’Alier, (2) parque del Poblenou y playa de Bogatell, (3) c. de Marià Aguiló y (4) la superilla del Poblenou –– documentando en grupos configuraciones de sombras
13:30-14:00 Puesta en común
DÍA 2 | MARTES 18 DE JUNIO DE 2024
Lugar: U0.3, Planta 0 Edifici U, Universitat Oberta de Catalunya (C. Perú 52)
9:30-12:30 Taller por grupos: Creación colaborativa de dispositivos para un departamento de umbrología.
Una sesión donde, recuperando las configuraciones estudiadas en el paseo guiado, entremos en el diseño de pequeños elementos de papel a partir de los que (1) analizar y tipificar configuraciones sociales de las sombras urbanas, (2) imaginar dispositivos de campo para futuras indagaciones, (3) testear sus posibilidades y (4) ponerlos en común para imaginar un departamento de umbrología.
12:30-14:00 Discusión del taller tras presentación de Isaac Marrero (UB), Etnografía multimodal y la política de la invención
14:00-15:30 Pausa / comida
15:30-17:00 Presentación a cargo de Fernando Domínguez Rubio (UC San Diego), La ficción como método. Acompañan: Daniel López & Israel Rodríguez Giralt (UOC)
DÍA 3 | MIÉRCOLES 19 DE JUNIO DE 2024
Lugar: Pg. Marìtim de la Barceloneta, 32-34 y Pl. Leonardo da Vinci
9:30-14:00 El primer encargo del departamento de umbrología: La vida social de las infraestructuras de sombra efímera en el espacio público
Puesta a prueba de los pequeños dispositivos etnográficos generados y discusión in situ de las adaptaciones necesarias para estudiar las configuraciones sociales que cada uno de estos prototipos implican: los usos y formas de socialidad que permiten, sus tiempos/ritmos y sus espacios.
Con los dispositivos generados se entrará en relación con los actores que transiten o habiten esos nuevos espacios de sombra, prestando atención a sus configuraciones de vulnerabilidad o exposición, así como a sus saberes y recursos. Tras cada visita se discutirán posibles cambios necesarios
DÍA 4 | JUEVES 20 DE JUNIO DE 2024
Lugar: Rambla de Badal, 113 + U0.3, Planta 0 Edifici U, Universitat Oberta de Catalunya (C. Perú 52)
9:30-11:30 El primer encargo del departamento de umbrología: La vida social de las infraestructuras de sombra efímera en el espacio público
Puesta a prueba de los pequeños dispositivos etnográficos generados y discusión in situ de las adaptaciones necesarias para estudiar las configuraciones sociales que cada uno de estos prototipos implican: los usos y formas de socialidad que permiten, sus tiempos/ritmos y sus espacios.
Con los dispositivos generados se entrará en relación con los actores que transiten o habiten esos nuevos espacios de sombra, prestando atención a sus configuraciones de vulnerabilidad o exposición, así como a sus saberes y recursos. Tras cada visita se discutirán posibles cambios necesarios
11:30-12:30 Desplazamiento
12:30-14:00 Puesta en común
14:00-15:30 Comida
15:30-17:00 Tarde de trabajo por grupos en los prototipos
DÍA 5 | VIERNES 21 DE JUNIO DE 2024
Lugar: Bit Habitat, Ca l’Alier (c. Pere IV 362)
9:30-10:30 Presentación a cargo de Francisco Martínez (Tampere University), Por un observatorio de sombras. Cómo entre-ver lo que ocurre en la oscuridad
10:30-10:45 Pausa
10:45-12:45 Equipar futuros departamentos de umbrología: Sesión de documentación colaborativa de los dispositivos generados en pequeños formatos como el fanzine (en colaboración con el projecte de micro-edición y publicación abierta pliegOS.net), con la idea de inspirar la creación de departamentos de umbrología en otros contextos.
12:45-13:00 Pausa
13:00-14:00 Relatoría final y discusión a cargo de Adolfo Estalella (UCM), La experimentación etnográfica y su archivo
Documentación
La documentación generada en el taller por las distintas personas participantes será archivada en abierto tanto en el Departamento de Umbrología como en xcol y Tarde
Financiación
Este taller está co-financiado conjuntamente por el Programa Nacional de Investigación Científica, Técnica y de Innovación de España 2021-2023 (RYC2021-033410-I) y por las Setmanes d’Arquitectura 2024 (Ajuntament de Barcelona / Fundació Mies van der Rohe)
I took the occasion to share my vision for what I have been calling not Public Anthropology but, rather, A Publics’ Anthropology!
A Publics’ Anthropology: Setting up ecologies of collective speculation
What does it mean to undertake anthropological work in contemporary domains populated by a wide variety of ‘publics’, ranging from technical experts to affected communities? Publics are perhaps the main collective condition of knowledge production and circulation in the contemporary: not just as media-provoked entities–e.g. the ‘public sphere’ or scientific and professional societies, connected through ‘publications’–, but also the many uncertain and emergent collectives that gather in different degrees of involvement under issues of concern, using a variety of mediums. As I see it, an anthropology aware of its public dimension should not just be one engaging in public criticism, but also, and perhaps mainly, one transformed by the very relation to publics, developing different forms of engagement and exploring different aims and effects. In my work, I have been inspired to do this in activist design endeavours with different kinds of urban agents. To discuss the different forms a publics’ anthropology might entail, in this session I’ll share with you two recent projects working with municipal actors setting up ecologies of collective speculation: the game Waste What?, an interdisciplinary team production as part of studying activist circular economy projects in Berlin, searching to simulate the conundrums of these initiatives as well as provoke a reflection on their predicaments; and the Department of Umbrology, a collective speculative experiment equipping a proto-municipal division to inquire on the social dimensions of heat mitigation projects, in the hope that his might sensitise technical professionals to consider the social in the plural.
17-22 July 2024 | Hall Hub, Open University of Catalonia (UOC), Rambla del Poblenou 154, 08018 Barcelona
Photo: Interactive workshop at Medialab-Prado in Madrid (Medialab-Prado)
EASA is pleased to announce its first PhD summer school, supporting the development of early career scholars.
This will be held in Barcelona in the week before the 18th EASA Biennial Conference. The focus of the six-day school will be ethnographic experimentation.
Ethnographic experimentation is an anthropological response to the epistemic challenges of our contemporary world. Beyond traditional norms and forms of ethnography, there are all kinds of projects that experiment with forms of representation, fieldwork, and analysis. The ‘experiment’ emerges in all these ethnographies as a distinctive epistemic practice, different from observational activities that are the foundation for its empirical engagements. Experimentation is an opportunity to reconceptualise and transform the empirical practices of anthropology.
This summer school, organised by Adolfo Estalella and Tomás Criado, brings together a programme exploring the analysis, characterisation, and design of ethnographic experiments, along with opportunities to try them in practice. The school combines conceptual sessions with group debates and hands-on practical activities. Field experiments will be designed to respond to a situated ethnographic challenge. The school will foster a convivial atmosphere of mutual learning between participants and an openness to local actors with whom relevant approaches could be discussed and explored. Participants will be equipped with an analytic repertoire as well as a series of practical skills to attempt their own ethnographic experiments.
Funded and promoted by EASA. Organized by xcol. An Ethnographic Inventory Curated by Adolfo Estalella (UCM) and Tomás Criado (UOC)
Partners: Open University of Catalonia (UOC); Social Anthropology and Social Psychology Dept., Complutense University of Madrid (UCM); Anthropology Department, Spanish National Research Council (CSIC); Spanish Association of Social Anthropology (ASAEE)
Who can apply?: PhD students who are paid-up members of EASA. Selection will be based on application fit and diversity criteria.
Registration fee: €150. Dinners during the summer school are included.
Travel Bursary: partial travel bursaries will be available from EASA based on need.
How to apply: applicants are asked to explain how they plan to use, or have used, experimentation in their own PhD research. Apply here.
The application deadline is May 17 with the aim of communicating results by May 31.
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Pedagogical proposal and methodology
The school combines theoretical sessions, debates and practical activities. Students will work in small groups on two sites/problems.
Theory, case, and debate sessions. These sessions are structured in three slots: a brief theoretical introduction (30 min.), a case that will be presented by a group of students (30 min.), and a debate (30 min.).
Hands-on activities in the field. Students will have to develop an experimental project during the week-long school. Groups will engage in two sites proposed by the school with the goal of making a brief empirical investigation and developing an ethnographic experiment.
Mentoring. Each group will have an assigned tutor who will discuss with them their experimental projects in daily meetings.
Self-managed dinner. The school will pay particular attention to the informal moments of social interaction, in this sense dinners will be a special moment to socialize. Participants will be in charge of organising it.
13.30 – 15.30. Lunch on site (each group on their own).
15.30 – 19.00. Activity in the field: devising devices.
19.00 – 20.00. Group debriefing meetings with tutors.
20.30. Dinner. Cooking together (self-managed).
Saturday, 20 July, 2024
10.00 – 13.30. Hands-on session: field site investigation.
13.30 – 15.30. Lunch on site (each group on their own).
15.30 – 19.00. Hands-on session: working on ethnographic accounts.
19.00 – 20.00. Group debriefing meetings with tutors.
20.30. Dinner. Cooking together (self-managed).Sunday
10.00 – 13.30. Hands-on session: field site investigation.
13.30 – 15.30. Lunch on site (each group on their own).
15.30 – 20.00. Hands-on session: working on ethnographic accounts.
20.30. Dinner. Cooking together (self-managed).
Monday, 21 July, 2024
10.00 – 13.30. Meeting with tutors: Hands-on session at UOC.
13.30 – 15.30. Lunch on site (each group on their own).
16.00 – 19.00. Public presentations of the group experiments.
20.00. Dinner and good-bye party.
Readings
1st session. Ethnographic experimentation: an introduction.
Tomás Sánchez Criado & Adolfo Estalella. 2018. Introduction. Experimental collaborations. In A. Estalella & T. S. Criado (Eds.), Experimental collaborations. Ethnography through fieldwork devices (pp. 1-30). New York, Oxford: Berghahn.
First case
Cantarella, L., Marcus, G. E., & Hegel, C. (2019). Ethnography by design: Scenographic experiments in fieldwork. Taylor & Francis. Introduction and Chapter 3.
2nd session. Ethnography, more than a method: Field devices for anthropological inquiry
Law, J. (2004). After Method: Mess in Social Science Research. Routledge. Introduction.
Law, J., & Ruppert, E. (2013). The Social Life of Methods: Devices. Journal of Cultural Economy, 6(3), 229-240.
Second case
Khandekar, A., Costelloe-Kuehn, B., Poirier, L., Morgan, A., Kenner, A., Fortun, K., & Fortun, M. (2021). Moving Ethnography: Infrastructuring Doubletakes and Switchbacks in Experimental Collaborative Methods. Science & Technology Studies, 34(3), 78-102.
3rd session. The ethnographic invention.
Estalella, A., & Criado, T.S. (2023). Introduction: The ethnographic invention. In T.S. Criado & A. Estalella (Eds.), An Ethnographic Inventory: Field Devices for Anthropological Inquiry (pp. 1-14). Routledge.
Third case.
Hartblay, C. (2020). I Was Never Alone or Oporniki: An Ethnographic Play on Disability. Toronto University Press. Introduction.
4th session. Styles of ethnographic experimentation.
Estalella, A. (n/d). The anthropological experiment (and the disappearing field of ethnography).
Fourth case.
Martínez, F. (2021). Ethnographic experiments with artists, designers and boundary objects: Exhibitions as a research method. UCL Press. Self-selected fragments.
5th session. Beyond text:Experiments on ethnographic expression.
Cox, R., Irving, A., & Wright, C. (Eds.) (2016). Beyond text?: Critical practices and sensory anthropology. Manchester University Press. Introduction.
6th session. Beyond representation: Experiments on multimodal anthropology.
Dattatreyan, E. G., & Marrero-Guillamón, I. (2019). Introduction: Multimodal Anthropology and the Politics of Invention. American Anthropologist, 121(1), 220-228.
Sixth case.
Farías, I., & Criado, T.S. (2023). How to game ethnography. En T. Sánchez Criado & A. Estalella (Eds.), An Ethnographic Inventory: Field Devices for Anthropological Inquiry (pp. 102-111). Routledge.
Anthropogenic atmospheric phenomena (heat, hurricanes, pollutants, wildfires) pose increasing challenges to multispecies inhabitation. How is care re-invented when undoing the patchy effects of environmental violence? We aim to discuss anthropological experiments with ‘ecologies of support’.
Long Abstract
Due to anthropogenic intervention atmospheric phenomena, such as air pollutants, heat, hurricanes, thunderstorms or wildfires are every day more – albeit in some contexts more than others – posing impossible challenges to collective inhabitation, human, and other-than-human. This panel wishes to ask what forms of care and enduring are being repurposed and invented when relating to the many challenges these atmospheric conditions pose, attempting to undo the patchy effects of environmental violence.
In approaches to human and multispecies care in anthropology, environmental humanities and STS, the use of ecological tropes (e.g. landscapes) abounds to describe changing or complex social and material configurations, but what might it mean to re-think care as an atmospheric matter? Talking of ‘ecologies of support’ we wish to account for experimentation with generative and unsettled care responses to atmospheric phenomena that are hard to apprehend, due to their sheer phenomenological ungraspability (because of either their temporal or spatial scales: too fast, too slow, caught in between deep and shallow time, microscopic or gigantic, happening in non-coherent or non-unitary ways), hence requiring a vast array of devices and collective work to articulate or to become sensitized to them.
Beyond conceptual takes, we seek to foster a range of explorations and responses where anthropology could become an atmospheric care practice. Thus, we would also like to welcome approaches to collaborative, public, more-than-textual ethnographic works in a wide variety of guises and atmospheric topics experimenting with setting up ecologies of support in their own right.
Vivimos en una época de grandes crisis que evidencian la imposibilidad de sostener nuestros modos de existencia. Esta situación nos exige repensar y reformular nuestra práctica antropológica para contribuir de manera relevante a las problemáticas de nuestro mundo. A nuestro juicio, una de las posibles respuestas pasa por explorar y animar nuevos modos de indagación antropológica, porque son muchos los que reconocen las limitaciones crecientes de los métodos de investigación de las ciencias sociales: quizá insuficientes, demasiado rígidos y poco adecuados para abordar la complejidad de nuestra contemporaneidad. Las llamadas a una investigación etnográfica más atenta a la pluralidad de los sentidos, la incorporación de múltiples tecnologías digitales, la exploración de formas de colaboración o diferentes aproximaciones experimentales son algunas de las respuestas ante esta situación.
Esta serie de seminarios interviene en ese amplio debate sobre los modos de indagación de la antropología, y lo hace proponiendo una revisión de nuestra manera de conceptualizar la etnografía. Esta ha sido comúnmente concebida como un género de escritura, un método de investigación o una actividad de aprendizaje. Ciertamente todas esas visiones son valiosas, pero ignoran un aspecto central de la actividad etnográfica: la creatividad e improvisación que le es integral. Más allá de los métodos que nos guían en la ardua tarea del trabajo de campo, la etnografía requiere siempre creatividad e inventiva, tanto durante el trabajo de campo, como también más allá de este. Planteamos, por ello, la posibilidad de concebir la etnografía como un ejercicio de invención relacional.
Toda una serie de proyectos contemporáneos, que se alejan de los modos de hacer canonizados en manuales y guías metodológicas, ejemplifican una visión como la que proponemos. Estas investigaciones nos muestran que el trabajo de campo, y de manera amplia la etnografía, es más amplia, compleja y sofisticada de lo que solemos pensar. No pretendemos hacer una lectura revisionista con esta afirmación, todo lo contrario, un vistazo a la historia de la antropología nos enseña que, en realidad, esta siempre ha estado atravesada por gestos de creatividad relacional.
La serie de seminarios ‘La invención etnográfica’ presenta un conjunto de investigaciones que dan cuenta de los esfuerzos de antropólogos y antropólogas de orientaciones muy diversas por ampliar el repertorio de nuestros modos de indagación etnográfica. Cada uno de los proyectos que discutiremos presenta un dispositivo de campo o, expresado alternativamente, cada proyecto describe cómo disponer las condiciones del encuentro etnográfico para pensar y construir problematizaciones con nuestras contrapartes a través de una plataforma digital, una exposición, o la actividad colectiva de bordado. Tras cada una de esas investigaciones, y esto es lo que nos gustaría destacar, encontramos el esfuerzo denodado de antropólogos y antropólogas por formular preguntas relevantes para los tiempos que vivimos.
Cada seminario presenta uno de los proyectos etnográficos incluidos en el libro. Cada presentación, de unos 40 minutos, contará con acompañantes que responderán a ella. Posteriormente habrá un debate abierto con los asistentes de 30 minutos.
Detalles prácticos de los seminarios Dónde: Seminarios online. Cuándo: Jueves de 16.00-17.30 (CET). Cuándo comienzan: Entre el 2 de marzo y 27 de abril de 2023.
La invención etnográfica: antropología para un tiempo de crisis
Adolfo Estalella (Universidad Complutense de Madrid) y Tomás Sánchez Criado (Universitat Oberta de Catalunya). Acompañante: Andrea Ballestero (University of Southern California).
La etnografía es un ejercicio de inventiva relacional, así nos lo muestran los proyectos de este ciclo de seminarios. Estos no siguen técnicas estándar ni se ajustan a convenciones metodológicas, por el contrario, antropólogos y antropólogas llevan a cabo sus investigaciones disponiendo de manera creativa las condiciones para sus encuentros etnográficos, ya sea creando infraestructuras digitales para la colaboración o comisariando exposiciones mientras investigan con artistas. A estos arreglos situados que disponen la situación etnográfica los llamamos dispositivos de campo que emergen de la inventiva relacional que es integral a todo encuentro etnográfico. Esta invocación creativa no debe entenderse como un llamamiento a técnicas novedosas o innovaciones metodológicas, todo lo contrario, se trata de reconocer que el encuentro etnográfico es siempre una situación que demanda de la creatividad relacional del antropólogo. Ante la constatación generalizada de que nuestros métodos son incapaces de responder a los desafíos de la contemporaneidad, creemos que animar la inventiva de la indagación etnográfica es una manera de abrirse a eso que nuestro colega Martin Savransky ha descrito como la imperiosa necesidad de especular con la posibilidad de inventar diferentes modos de hacer preguntas.
9 de marzo, 16.00-17.30 CET
Cómo curar/cuidar de nuestras preguntas etnográficas
Francisco Martínez (Estonian Academy of Arts). Acompañante: Roger Sansi Roca (Universitat de Barcelona).
Las exposiciones suelen entenderse en antropología como técnicas de representación, sin embargo, también pueden usarse como un modo de indagación. Desde esta perspectiva, comisariar o curar) una exposición no es solo una manera de comunicar resultados de investigación sino un dispositivo para desafiar, inventar o cuestionar críticamente la realidad, siendo parte de una reconfiguración en curso de lo que podría ser el conocimiento y la política. Al hacer uso de las exposiciones como dispositivos experimentales, podemos mostrar nuestras preocupaciones y hacer que el campo etnográfico se despliegue de manera colaborativa e inventiva. Este modo de indagación ayuda a los etnógrafos a construir escenarios más distribuidos de producción de conocimiento, operando tanto como un objeto de indagación como un dispositivo disponible para diferentes actores para actuar-saber. De ahí que las exposiciones se puedan usar para abrir un espacio entre el conocimiento y la invención, así como nuevas formas de estar en el campo.
16 de marzo, 16.00-17.30 CET
Cómo producir una etnografía responsiva
Jorge Núñez y Maka Suárez. Acompañante: Elisenda Ardévol (Universitat Oberta de Catalunya).
Las plataformas digitales colaborativas e interdisciplinarias abren nuevos modos de investigación para participar en la producción de datos sobre problemas sociales apremiantes, como la violencia y la encarcelación, por ejemplo. La etnografía está particularmente bien posicionada para explorar los entendimientos de diferentes comunidades de conocimiento, así como para documentar las relaciones de poder entre varios actores. Medios como visualizaciones de datos, podcasts, estadísticas oficiales (y no oficiales), archivos legales o encuestas económicas, todos ellos son recursos que ofrecen la posibilidad de incluir diversas voces y puntos de vista. La posibilidad de combinar la etnografía con la investigación impulsada por plataformas digitales tiene la capacidad de generar colaboraciones inesperadas y permitir conexiones novedosas entre temas aparentemente no relacionados. El resultado es un espacio digital experimental para la producción de estudios receptivos.
23 de marzo, 16.00-17.30 CET
Cómo jugar a la etnografía
Ignacio Farías (Humboldt-Universität zu Berlin) y Tomás Sánchez Criado (Universitat Oberta de Catalunya). Acompañante: Marjorie Murray (Pontificia Universidad Católica de Chile).
Los juegos se han convertido recientemente en espacios relevantes para la experimentación antropológica, permitiendo enfoques alternativos al análisis crítico, el trabajo conceptual y la discusión ética. Pero, ¿cómo pueden los juegos volverse relevantes como dispositivos de campo para la investigación etnográfica? El uso de juegos en el campo implica más que hacer etnografía por medios lúdicos o jugar con sus contrapartes. De hecho, las prácticas de “diseño de juegos” y “testeo de juegos” ofrecen modos peculiarmente recursivos de investigación etnográfica. Por un lado, (i) la práctica de diseñar un juego posibilita modos de inventar y proyectar etnográficamente relaciones de campo; en lugar de inscribir o prescribir dinámicas sociales intrincadas, el proceso de diseño del juego implica una forma de exploración etnográfica del campo. Por otro lado, (ii) la práctica del testeo de juegos, más que simplemente permitir reflexionar críticamente sobre un juego dado, nutre relaciones para-etnográficas con los interlocutores. De hecho, en estos testeos también se pone a prueba la indexicalidad etnográfica del juego: desencadenar discusiones o reflexiones y comparaciones de las experiencias representadas en el juego con las que los participantes podrían haber tenido anteriormente, lo que permite la creación recursiva de prototipos.
13 de abril, 17.30-19.00 CET
Cómo mapear a la contra en la investigación etnográfica
3Cs, Sebastián Cobarrubias ((ARAID) y Maribel Casas Cortés (Universidad de Zaragoza). Acompañantes: Gunther Dietz (Universidad Veracruzana) y Aurora Álvarez Veinguer (Universidad de Granada).
Desde su concepción y diseño hasta su producción y distribución, la práctica de elaboración de mapas puede convertirse en parte de un proceso de investigación y fuente de conocimiento. La cartografía puede ser de esta manera un dispositivo de campo para la investigación etnográfica y una forma gráfica de descripción densa que representa información y análisis que emergen de conocimientos situados. El proceso de mapeo puede facilitar el intercambio y catalizar la formación de identidades compartidas y formas colectivas a través de diferentes posiciones y experiencias vividas. Mapeando de esta manera, los esfuerzos etnográficos se convierten en “prácticas de tejido” dentro de campos abarrotados de creadores de conocimiento. Bajo esta agenda intervencionista de “tejer” entre poblaciones afectadas pero fragmentadas, el contramapa pretende transformar los territorios representados.
20 de abril, 16.00-17.30 CET
Cómo bordar la etnografía
Tania Pérez Bustos (Universidad Nacional de Colombia). Acompañantes: Ana Mazzino y Sebastián Carenzo (Universidad Nacional de Quilmes).
La etnografía bordada se engendra, primero a partir de la necesidad empírica de comprender la continuidad entre las materialidades textiles y los cuerpos que bordan, y segundo, como un dispositivo metodológico a través del cual estudiar colectivamente y en proceso cómo sienten y se conectan nuestros cuerpos. Como primer descubrimiento, aprender a bordar muestra a la etnógrafa cómo su cuerpo sabe y escucha diferente cuando está inmerso en el hacer textil. Este proceso de aprendizaje crea un ambiente íntimo en el que la etnógrafa se relaciona con aquellos a quienes estudia (bordadoras y bordados) y es invitada, entonces, a explorar cómo bordar con otres o cómo invitar a otres a coser puede desvelar nuevas preguntas con las que bordamos lo que queremos entender etnográficamente. En este proceso, el aprendizaje del bordado como dispositivo de campo se transforma de un objeto para estudiar etnográficamente en un artefacto con el que formular nuevas preguntas etnográficas.
27 de abril, 16.00-17.30 CET
Políticas de la invención
Isaac Marrero Guillamón (Universitat de Barcelona) y Martín Savransky (Goldsmiths, University of London). Acompañante: Olatz González Abrisketa (Euskal Herriko Unibertsitatea).
La invención se encuentra en lo mundano y lo ordinario: en el juego lingüístico, en la improvisación social, y en todos esos momentos ubicuos que pueden animar los potenciales y posibilidades de la práctica etnográfica, ya sea para involucrarse en lo político, apuntar hacia nuevos horizontes de posibilidad, o revelar la dinámica cambiante, incierta y emergente en la que se constituyen las relaciones durante el trabajo de campo. La política, en este sentido, consistiría en el arte de imaginar, invocar, o cultivar nuevas posibilidades y arreglos de vida. Cuando todo esté dicho y hecho, cuando todas las garantías epistémicas y las prescripciones metodológicas hayan desaparecido, cuando el buen sentido y los mandatos moralistas hayan encallado, cuando todas las garantías de una base estable se hayan deshecho, todo lo que queda es el principio de invención: Nada se da, todo se inventa.
Sala de Juntas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología, Universidad Complutense de Madrid
El reciente fallecimiento de Bruno Latour (1947-2022) resulta una ocasión inexcusable para hacer un homenaje a uno de los sociólogos y antropólogos más importantes e innovadores de las últimas décadas. Desde sus comienzos en sociología de la ciencia, pasando por sus trabajos sobre la antropología de la modernidad, la construcción social de la tecnología o la propia noción de sociedad, y hasta sus últimas obras alrededor de la actual emergencia climática, Latour redefinió el objeto y el método de las ciencias sociales, convirtiéndose en uno de los pensadores más influyentes del siglo XXI.
La jornada pretende generar un espacio académico de encuentro y debate para revisar críticamente las múltiples aportaciones de la obra de Latour. Los “espectros” que titulan la jornada pueden leerse así doblemente: como las “presencias” que persistirán de Latour en las ciencias sociales actuales o futuras (de sus conceptos, de su forma de investigar, de sus planteamientos teóricos y políticos…) y, simultáneamente, como las diferentes “facetas” de una obra relevante para muy distintas áreas del pensamiento contemporáneo.
PROGRAMA
MAÑANA
Presentación de la jornada (10:00-10:15 h.) – Fernando García Selgas, Carmen Romero, Pablo Santoro y Elena Urieta (organizadores)
Sesión 1. Ciencia y tecnología (10:15-11:45 h)
Ponentes:
Miquel Doménech (Universitat Autònoma de Barcelona-UAB)
Juan Manuel Zaragoza (Universidad de Murcia-UM)
Carmen Romero (Universidad Complutense de Madrid-UCM)
Sesión 2. Arte y diseño (12:00-13:30 h.)
Ponentes:
Adolfo Estalella (Universidad Complutense de Madrid-UCM)
Blanca Callén (Elisava-Universitat Oberta de Catalunya)
Elena Urieta (Universidad Complutense de Madrid-UCM)
TARDE
Sesión 3. Teoría social (15:00-16:30 h.)
Ponentes:
Amparo Lasén (Universidad Complutense de Madrid-UCM)
Iñaki Martínez de Albéniz (Universidad del País Vasco-UPV/EHU)
Fernando García Selgas (Universidad Complutense de Madrid-UCM)
Sesión 4. Ecología (17:00-18:30 h.)
Ponentes:
Carmen Madorrán (Universidad Autónoma de Madrid-UAM)
Tomás Sánchez Criado (Universitat Oberta de Catalunya-UOC)
Pablo Santoro (Universidad Complutense de Madrid-UCM)
It’s a great pleasure for me to be able to join you all in celebrating one of the figures who has been accompanying me for the last 20 years of my life. I can even say that Bruno Latour is probably one of the main reasons why I became a researcher.
I suppose many of you know Bruno Latour as an anthropologist of science and technology, from his earlier laboratory studies to the works on different kinds of techniques. Some of you might read him as a philosopher of mediation and translation.
But it is as a multimodal thinker that I would like to refer to him. And not only because of his interest in the many modes of existence (multi-modal), but because of his collective explorations of different media forms (multi-media) to articulate them (in a plurality of epistemic ways).
He has notably been exploring different registers of writing, of which two main works stand out:
Paris Ville Invisible: For those studying or interested in studying urban phenomena this is a masterpiece. An essay of photographic social theory, where Latour and Emilie Hermant explore how Paris, the “City of Lights”, cannot exist were it not for a million mediation devices and gadgets circulating to render it graspable, knowable, visible.
But also, Aramis, or The Love of Technology: A study in the form of a detective novel, following the comings and goings, the trajectories of nonexistence and existence of a transportation system in Paris. This one is an incredible food for thought, not only because of its form, but also because neglected more than human agents are granted a specific and concrete voice in the telling, perhaps in connection with the work of writer Richard Powers (I’m thinking here of Galatea 2.2, on machine learning and a computer developing a self; The Overstory, on people dealing with the deep time of trees; or my favourite, The Echomaker, where some sort of Oliver Sacks is confronted with neurological patients finally speaking back at him, disputing his use of them to write books about otherworld minds).
Beyond these experiments in writing, which Latour has been always been undertaking as someone interested in semiotics, I think there are three other passions of his that I believe are of great inspiration for anyone interested in multimodal explorations.
First, his long-time interest in diagrams, which together with Frédérique Aït-Touati and Alexandra Arènes they have been more recently developing even further (check their marvellous Terra Forma). Rather than representational devices aiming to simplify, their diagrams are tools for concept-making and abstraction, enabling to grapple with complex operations of thought: such as, the distinction between purification and translation, the drama of technical scripts, which planet we might be on, or what it might mean to come back down to Earth. Second, Latour has been invested, also together with Aït-Touati, in unfolding dramaturgical experiments. Their most recent works (the Theater of Negotiations discussed in the last chapter of Facing Gaia, or the beautiful Trilogie Terrestre) explore the mise-en-scène of the intrusions of Gaia, making them knowable and politically graspable.
But it is perhaps as a co-curator of exhibitions—or Gedankenaustellungen (thought exhibitions, a wordplay with the German word for thought experiments, as Latour and Peter Weibel called them)—that this multimodal feature is perhaps better apprehensible. Mostly in Making Things Public, which has been a tremendous inspiration for many of us: a whole exhibition exploring the Dingpolitik, that is, the new political formations, or new political architectures that should be made relevant to deal with the multi-scalar assemblies of humans and nonhumans populating our everyday life. But also in the experimentation with protocols to Reset Modernity!. More recently, after publishing Facing Gaia and Down to Earth, he also co-curated the exhibition Critical Zones, which mostly had an online life do to the pandemic, but has perhaps the most beautiful catalogue of them all.
In Critical Zones, as in all his recent work, he has been calling for the arts to step up in the ecological mutation we’re undergoing. This is perhaps nowhere more clearly stated than in his recently published On the Emergence of an Ecological Class: A Memo, together with Nicolaj Schultz. In this work, they call for the arts to have a very peculiar role in composing, equipping this new ecological class. And they do not just refer to politically-minded art, conveying aesthetically ready-made political aspirations, but rather to more speculative, art-based forms of inquiry, exploring the descriptive and affective registers to develop new sensitivities, new aesthetics that should be made relevant to compose such an ecological class. This was something he thoroughly explored, collectively, in the study program he directed at Sciences Po: The School of Political Arts.
For all of these reasons the work of Latour has been of tremendous inspiration for the recent explorations of the Stadtlabor for multimodal anthropology, developing games and other sorts of public devices. To exemplify with our research through and with games, allow me to talk a bit in closing about House of Gossip and, more recently, Waste What?, the two games we’ve prototyped so far.
Using games as media we sought to explore alternative scenographies and devices of fieldwork, where games could act as peculiar multi-sensory assemblies where we could start doing highly-specific forms of research on urban phenomena, also eliciting fieldwork materials to engage in composing diverse kinds of publics.
In House of Gossip we explored, materializing a stairway, how a community of residents could come together: immersing themselves in thinking, or remembering the predicaments of dealing with the peculiar real estate and housing market assemblages creating great troubles in contemporary urban arenas (a true crisis of habitability!), such as in Berlin and many other big European cities.
In Waste What? we have been trying to abstract and reenact—by means of a loop-based game mechanic—the attempts of different institutional and activist initiatives of the circular economy from Berlin, particularly in connection with the Haus der Materialisierung. These are trying to explore, different attempts at closing the circle: that is, thwarting and blocking the throwaway culture of our consumerist societies, engendering new forms of habitability, of inhabiting Gaia.
But these are far from the only ways in which Latour has inspired many of us interested in doing multimodal urban research and public work. Be it at the Stadtlabor, or elsewhere (in my case now in Barcelona), I’m well aware all of us will continue to think and work with Latour’s multimodal impetus for many years to come.
May this be our homage to such a joyous multimodal thinker!
Next Tuesday 19.07.2022 2:30-4pm (CET) please join us for the presentation of the Studienprojekt Ageing Cities by Maximilian Apel, Erman Dinc, Christine Maicher, Adam Petras, Doreen Sauer, and Anna Maria Schlotmann, the wonderful group of people with whom I have had the immense luck to work with in the last year.
In this year we’ve been exploring ethnographically how cities & urban designers are responding to the challenge of population ageing, and how we could understand as ethnographers the social & material transformations underway in their efforts to make ‘ageing-friendly’ cities (check the syllabus of the project)
In this choral presentation we aim to show our findings, searching to answer these questions through specific cases, most of them taking place in Berlin (on variegated issues like intergenerational and intercultural gardens or queer housing projects; the urban activism of the gray panthers; the controversies in public space design, focusing particularly on the conflicts of bike infrastructure; and VR projects to enable urban displacement or travel for older people living in residential care homes).
The course has also included an excursion in April 2022 to Alicante, Benidorm and neighbouring urban enclaves in Costa Blanca (Spain). This is a very relevant area because of how ageing concerns have turned, since the 1960s, into a vector of urbanisation in the region – developing into what some geographers call “the pensioners’ coast.” But also, and perhaps more importantly, they have sensitised urban designers from the area to respond to these intergenerational design challenges in different ways. In a joint endeavour with STS-inspired architectural researchers from theCritical Pedagogies, Ecological Politics and Material Practices research group of the University of Alicante, this visit allowed us to explore different approaches to architectural practice where older people have more active roles in the design and management of ageing cities.
In showing all of this we not only wish to tell specific stories, but want to share our conceptual and methodological explorations, and the many questions this process brought about around the contested scripts and the distinctive intergenerational challenges of late life urbanism projects.
This will be the last session of the Instituskolloquium of the Institut für Europäische Ethnologie (HU Berlin), which this semester had as a theme ‘Collective Access‘.